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jueves, 30 de octubre de 2014

Palabrelatos 2: Sabotaje a la Valquiria.

Las palabras de hoy vienen financiadas por:

@Unnamed_Freak: Cinturón.
@Sigroneta: Bonsai.
@ClaraLiteraria: Médico.
@JuancaIM: Valquiria.
@NaoyaKiriyama: Sabotaje.
@RamontambienRay: Palabra.


                                                                                                                                     

-Atención a los pasajeros del Zaratustra, les informamos de que hay una brecha en el casco. Aconsejamos una evacuación rápida y para ayer, a ser posible. Muchas gracias por confiar en Espaciolineas Tigretón.

Recupero la consciencia oyendo el mensaje. Vaya, así que la nave se ha dañado irreparablemente. Eso podría ser un problema. Deduzco que deberíamos irnos, pero no encuentro al tigre que pilotaba.
Necesito descansar un momento, la cabeza me da vueltas. Me apoyo contra la pared y siento como algo es presionado por mi envidiable trasero y acto seguido me encuentro en el espacio. Así que eso era una puerta. No soy arquitecto de naves espaciales (pese a que de joven una vez me arreglé la bici), pero no me parece la mejor idea hacer que una puerta de una nave se abra tan fácilmente.

-Ah, estás ahí. -para mi sorpresa el tigre está mirándome sentado en un trozo de roca.- pensaba que no saldrías nunca. La hemos jodido, ¿eh? Lo siento, no estoy acostumbrado a pilotar con gente tan apuesta en mi nave.
-Nada que no me suela pasar, no te preocupes. Una vez una novia se distrajo mirando mis ojos y me pisó el pie con el coche. Me dejó a los veinte minutos, pobrecilla, se debía sentir muy culpable.
-Aaaaaaaaja. ¿No te preguntas el motivo por el que tu cabeza no ha explotado en el espacio, sin llevar casco ni nada?
-No, no había caído en ello. Este es el tipo de cosas que convertirían una buena historia en un enorme fallo. Son esos errores que no puedes pasar por alto.
-De hecho no sería un error, como puedes comprobar. Lo que pasa es que la NASA lleva años preparando un arma para poner bajo su yugo toda la galaxia... La llamán "El Cinturón". A los de la tierra os han contado que en el espacio moriríais para que no vengáis. Imagina lo difícil que debe ser construir algo secreto con miles de gente flotando sin problemas a tu alrededor.
-Cierto, no se les puede culpar. ¿Qué hace ese "Cinturón"?
-Tengo entendido que es una gran tira de cuero que usarán para atar planetas juntos y hacerlos chocar, imagina el daño.
-¿Y todo esto tiene algo que ver con que yo ahora esté sentado en una roca flotante a muchos kilómetros de la Tierra?
-No especialmente, pero he pensado que si te entretenía podrías pasar por alto eso.

El tigre parece sincero, así que deduzco que se pensaba que podría picar mi curiosidad con un caso como el de la NASA destructora de mundos. Pero ahora mismo estoy en medio del espacio y no tengo ni un mísero pacificador. Acto seguido le veo sacar una caja. O una pirámide. O un Octaedro.

-Eso tiene muchos lados. -digo, como quien no quiere la cosa.
-Doce, de hecho.

Si tiene doce lados puedo deducir que es un dodecaedro. Me suena de algo. Dodecaedro... Imaginaciones mías. Pero Tuerto, ¡estás on fire! Ya veo los titulares "Detective de la tierra deduce cosas en el espacio, damos la enhorabuena al primer detective espacial". Habrá que volver para gozar de la fama.

-¿Y como volvemos?- pregunto al tigre, que está rompiendo el dodecaedro.
-De momento con esto. -del dodecaedro saca una esfera extraña- Esto, amigo Tuerto, es una semilla. Pero no una semilla cualquiera, no. Dentro de esta semilla vive un ser de miles de años, más sabio de lo que jamás otro ser podrá llegar a ser.

Dicho eso introduce la esfera en una grieta de esta, por cierto, minúscula, piedra. Al momento sale un brote que impacta directamente contra el tigre, enviándolo lejos. De hecho ya no lo veo. Es decir, se puede respirar en el espacio pero sigue existiendo la inercia. Menuda gilipollez de espacio que nos ha tocado.

-Bu-buenos di-días, amigo de asteroide. ¿Te puedo llamar Amigoide? Te llamaré Amigoide.
-Hola, planta. Me llamo Tuerto, a decir verdad.
-Menuda memez. Te llamas Amigoide, que te lo digo yo, que sé mucho.
-Quería volver a-
-A la Tierra, obviamente. Soy el Sabionsai, pero los amigos me llaman Bonsai. O lo harán si lo haces tú ahora.
-Bonsai, vale, ¿cómo demonios vuelvo a la tierra?
-Hay dos opciones. Una es que apuntes muy bien, te impulses contra el asteroide y saltes hacia la Tierra. En un día o así llegarás.
-Y moriré aplastado contra la Tierra.
-No, hombre. Pero de un par de magulladuras no te salva nadie.

Prefiero no herirme. La última vez que me arriesgué perdí un ojo. Pero eso es una historia para otro día. O lo sería si yo no la supiera ya.

-¿Y la segunda opción?

El pequeño Bonsai se empieza a mover bruscamente rebuscando algo. Una vez lo encuentra me lanza una castaña.

-La segunda opción es que trabajemos juntos. Lo que te acabo de dar es una castaña que te ayudará a cumplir la misión. Necesito que pares a mi archienemigo, sabotees su nave y entonces la podremos usar para volver a la tierra. Deberías lanzar la castaña al motor de su nave y eso me dará control sobre ella.
-Eso da lugar a muchas preguntas, a decir verdad.
-Sí, sí. Que pesado eres. Mi archienemigo se hace llamar el Médico Cuando. Ahora mismo está en su nave, la Valquiria, camino a la Tierra para someterla a su pasatiempo favorito, sondas rectales no opcionales.
-Suena relativamente peligroso, ¿hay riesgo de magulladuras?
-A ver, con el plan uno tienes las magulladuras aseguradas, en este plan son opcionales si lo haces todo mal.

Hay que valorar esto, ya que en peor de los casos ese Médico Cuando podría matarme o incluso meterme objetos extraños vía anal.

-Acepto.

Mierda.

-De acuerdo, pues espera un momento y te llevo a su nave rápidamente.

Bonsai suelta sonidos guturales bastante fuertes hasta que de sus ramas expulsa un poco de moho que me impacta en la mano. Deduzco que eso no es un vehículo y me está haciendo lo que mis compañeros de universidad cuando me dijeron que esa botella era de cerveza caliente.
En realidad eso era de una peli, no fui a la universidad. Deduje que no era necesario, ya que mis capacidades innatas son inmejorables, Llevo desde churumbel detectivizando.

A continuación mi mano me estira por el espacio hasta llegar a lo que solo puedo describir como una barca en el espacio. Me agarro al lateral de la barcaza que parece estar hecha de ¿madera? Puedo ver a un hombre con bata de doc- de médico corriendo frenéticamente alrededor de un pilar, apretando botones. En el centro del pilar hay un hámster corriendo en una rueda. Eso parece ser el motor de la nave. Apunto y lanzo la castaña hacia el hámster, que se la come en un momento.

-Parece que el viejo Sabionsai ha vuelto donde le toca, pilotando la Valquiria.

Acaba de hablar el hámster con la voz del Bonsai y estoy deduciendo que es gracias a mí.

-¿SABIONSAI? Parece que estás obsesionado conmigo, amigo. Hora de sacar mi martillo sonoro.
-¡No ganarás, Médico! ¡Tengo el control absoluto de la Valquiria!

Yo sigo agarrado con una mano al borde de la barca, así que no veo muy bien lo que pasa. Se oyen un par de explosiones, un gemido, creo que una canción de Oompa Loompas y al coro del Sagrado Corazón de San Francisco. Y luego el silencio.
Cuando subo a la barca está todo en llamas, y en el centro de todo se encuentra una figura femenina que me suena ligeramente.

-Vaya, así que sí que estabas aquí, Tuerto. No se para que contratas una ayudante si luego usas al pequeño Timmy.

Ajá, sabe mucho de mí y además me suena, así que deduzco que la conozco.

-Te conozco.
-Efectivamente.
-Eres una mujer.
-Eso parece.
-¿Mi ayudante?
-Mientras me sigas pagando.

Deduzco que es mi ayudante Palabra. Es un nombre en clave, pero no quiere decir su nombre de verdad. Sus servicios me salen caros, a tarta de queso por caso, pero se lo gana. El otro día encontró a un perrete subido a un árbol. Nadie lo hubiese pensado, porque eso lo hacen los gatos. Tiene futuro.

-Eres Palabra.
-Bingo.
-No me culpes, siempre estás tras un libro. Empezaba a pensar que te llamabas "Tres sombreros de copa".

Suspira. Obviamente aliviada de encontrarme sano y salvo. Soy un portento entendiendo la psique humana.

-Ya he saboteado la Valquiria. ¿Ahora como volvemos a la Tierra?
-La he saboteado yo, aunque no sé dónde acabarán ese hámster y ese doctor.
-Es el Médico Cuando, Palabra, cíñete al copyright. ¿Volvemos ya?
-No volvemos aun, Tuerto. Debemos ir a por el Cinturón.
-Eso me suena, pero no te sabría decir.
-La NASA lleva demasiado tiempo haciendo lo que le da la gana y es hora de ponerlos en su sitio. Lo siento, Tuerto, pero voy a necesitar tu mente de detective para parar los pies a estos malvados.
-Por supuesto, Palabra. Por supuesto.

Me pasa un jet-pack y un par de bombas de sabor que me pongo inmediatamente en la boca. Marca Bubaloo, con juguito. Esta chica es una joya. Me indica que la siga.

Parece que ahora empieza lo interesante.

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